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jueves, 17 de marzo de 2011

Capitulo 3: La busqueda de los dos

Eran las 15:30 cuando Beckett había mirado el reloj por última vez después de lo ocurrido, después de que el triple asesino se llevara a Castle con él hacia un lugar desconocido. Estaban en blanco. No sabían si pararía de matar hasta encontrarles o seguiría matando mientras retenía a Castle. Beckett deseaba que eso fuese unos libros de Castle para así poder rescribir lo ocurrido y en caso de que acabase mal poder cambiarlo, pero Beckett sabía perfectamente que eso no era así, no era uno de sus tantos best-sellers que había escrito anteriormente, si no una caso mas por resolver pero esta vez por un ser de por medio, en donde la vida de ese ser querido estaba entre la vida, y quién sabe si la muerte.
 -Inspectora Beckett-le llamo Montgomery-, ¿puedo hablar un segundo contigo?
 - ¿Ha llamado ya a la familia de Castle?- dijo Montgomery-.
¡La familia de Castle!, casi se le olvida por completo, no la había llamado, ni siquiera les había informado sobre la situación en la que se encontraba Castle. Bueno, él y todos.
 -No señor, todavía no les he comunicado nada sobre el tema-dijo Beckett-.
 -Pues hágalo, es su familia, merecen saber lo que le ha pasado a su padre, y a su hijo en el caso de Martha-dijo Montgomery-.
 -Pero señor, yo se lo quería decir en persona, no por teléfono.
 -Muy bien, vaya y dígaselo.
 -¿Tiene que ser ahora?
 -Claro, no se lo dirá cuando le encontremos ¿no?
 -No señor-dijo Beckett bajando la mirada-.
 -Pues vaya ahora mismo.
 -Sí señor.
Beckett giro y salió del despacho de Montgomery rumbo a casa de Castle para comunicarle a Alexis y a Martha que a Castle le habían secuestrado y no sabían donde se podía encontrar.
Al cabo de media hora, Beckett se encontraba en frente de la puerta del apartamento de Castle indecisa si era ese el momento en el que se lo debía contar todo a ellas o esperar más para que estuviesen preparadas pero como dijo el capitán:’’ no esperaras a que lo encontremos ¿no?’’. No, no esperaría más para decírselo. Diciendo eso en su cabeza, toco el timbre y espero a que le abriesen la puerta.
Al cabo de unos minutos oyó unos pasos detrás de la puerta. Al abrirse la puerta vio a una niña de unos 16 ó 17 años, con el pelo de color pelirrojo, con unos ojos azules como lo de Castle. Como los de Castle…Beckett no paraba de pensar en el, en cómo se podía encontrar en ese mismo momento, si estaba herido. Salió de sus pensamientos con un leve chasquido de dedos de la adolescente que tenía delante.
 -Beckett, ¿estás bien?
 -¡Alexis!, si tranquila estoy bien-dijo intentando hacer una media sonrisa-, ¿esta Martha en casa?
 -Sí, está arriba intentando localizar a mi padre, ¿tú lo has visto?
 -Em…de eso quería hablar con tu abuela, ¿le podrías decir que he venido y que si puedo hablar con ella?, es urgente.
 -Claro, pero mi padre está bien ¿no?-dijo Alexis alzando las cejas de modo de una contestación rápida hacia Beckett-.
 -Si si claro, pero tengo que hablar con tu abuela.
 -Claro, si, ahora mismo voy a llamarla.
 -Gracias Alexis-
 -De nada.
Un par de minutos después bajo Martha. Llevaba puesto una camiseta azul marina con unos pitillos elásticos de color negro.
 -Beckett querida, ¿Qué haces aquí?- dijo Martha abrazándola mientras le preguntaba-.
 -Quería hablar sobre…Castle
 -¿Qué le ha pasado?, ¿está bien?
 -Em…no, le ha pasado algo esta mañana.
 -¿El qué?-dijo desconcertada-.
 -¿Tu sabias que había un asesino suelto no?, el triple asesino.
 -Sí. Creo que fue cuando Richard me dijo que me quería a través del teléfono cuando yo le estaba contando lo de Ashley y Alexis-fue explicando Martha mientras atendía a Beckett-.
 -Exacto. Pues veras…
Beckett le conto todo a Martha mientras los minutos pasaban. Martha estaba destrozada mientras escuchaba que a su propio hijo le habían secuestrado, pero no un hombre cualquiera si no el triple asesino.
 -¿Y que sabéis sobre el paradero de mi hijo?-pregunto Martha secándose las lagrimas-.
 -Por ahora…nada.
 -¿¡Que?  ¿Cómo que no sabéis nada?
 -Martha tranquilízate, estamos haciendo todo lo que podemos. Yo también me siento igual que tú, no soy de hielo. Me siento impotente al no saber donde esta o en qué estado se encuentra.
 -Lo siento, no me quería poner así, perdóname-dijo Martha secándose las lagrimas que se habían resbalado por sus mejillas-.
 -Tranquila-dijo Beckett-, no pasa nada.
Las 2 mujeres no se dieron cuenta de que Alexis estaba escondida en las escaleras escuchando la conversación que habían mantenido Martha y Beckett en el salón. Según Castle: ’’ella no es curiosa, su mente es por ella’’, y el tenia razón, ella no era curiosa pero algo le surgió en su interior que la hizo quedarse allí escondida en las escaleras, y sabía perfectamente el que era: Su padre

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